jueves, 25 de junio de 2015

A la muerte de Basil Hallward.

Y te empiezas a preguntar
que por qué has venido.
Por qué te encuentras en un sillón
atado con palabras que no se dicen,
apuntado por una espada de cien filos.
A punto de derramarse.
Podrías pedir explicaciones
de cómo llegaste allí sin romperte.
O de cómo tropezaste en su primer suspiro,
porque ahí dejó de pensar
y se pensó.
Pero no se sienta, anda en círculos
perfilando los límites de su propio mundo,
valorando sus falsos ojos,
pintados y deformados.

Has visto los tuyos,
cortados en cristales partidos.
Y vas a correr, y te alcanzan.
Y le oyes,
y te abraza con espinas.

sábado, 30 de mayo de 2015

Hablen.

¡Hablen!
¡Sean estúpidos,
hablen de pequeñeces,
créanse montañas!
Hablen de teorías de la nada,
de cómo salvar vidas
que nunca se han condenado.
Vayan con voces rotas
a empapelarse con puntos suspensivos
que no se saben,
¡y lo saben!
Dejen arrastrar las palabras que os siguen,
dejen que se vuelvan su sombra.
Clávense un momento al suelo,
oigan que son tambores sin aire,
que hacen ruido consentido,
¡que son sólo un golpe de suerte!
Hablen de cómo despistan historias
para que no os manejen la rutina.
Créanse las mentiras que os nacen de las manos.
Vuélvanse calcetines impares
que duermen en el banco de un parque.
Olvídense de mí, pero, por favor, hablen.

domingo, 29 de marzo de 2015

Extraordinario.

Los días terminan,
¿y las personas,
no terminan?
A veces parece que somos nubes.
Existimos, navegamos,
viento arriba, viento abajo,
llovemos,
tronamos,
escenario extraordinario.
Nos juntamos, estiramos,
deformamos, escondemos,
encontrados.
Morimos, somos de agua,
volvemos, raudos y valientes,
tierra a mí, engúlleme, soy piedra.
Ahora peso, caemos,
nos hundimos,
volamos.
Hemos sido nubes,
¿no terminan las nubes?





domingo, 1 de marzo de 2015

Historia de una que fue.

Había una vez una nube
que tenía la luna latiendo en el pecho.
Me decía; mira, ¡sube!
Desde aquí puedo ver el mundo.
Desde aquí soy una, soy ninguna.
¡Sube!
Soy un gris mañana disuelto.
Ya no me verás.
Desapareceré a tus ojos
y no seré ni una ni ninguna.
Seré un borrón, no podré volar como ahora.
Me olvidarás.
¡Sube antes de que me lleven!

Y qué voy a decirle yo.
Cómo voy a olvidarme de una nube
con el corazón blanco
y los huesos rotos.


jueves, 1 de enero de 2015

I.

Tengo versos enteros
con palabras deshechas.
Cuatro líneas sin rima,
un beso de viento roto.