sábado, 30 de mayo de 2015

Hablen.

¡Hablen!
¡Sean estúpidos,
hablen de pequeñeces,
créanse montañas!
Hablen de teorías de la nada,
de cómo salvar vidas
que nunca se han condenado.
Vayan con voces rotas
a empapelarse con puntos suspensivos
que no se saben,
¡y lo saben!
Dejen arrastrar las palabras que os siguen,
dejen que se vuelvan su sombra.
Clávense un momento al suelo,
oigan que son tambores sin aire,
que hacen ruido consentido,
¡que son sólo un golpe de suerte!
Hablen de cómo despistan historias
para que no os manejen la rutina.
Créanse las mentiras que os nacen de las manos.
Vuélvanse calcetines impares
que duermen en el banco de un parque.
Olvídense de mí, pero, por favor, hablen.

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