sábado, 18 de octubre de 2014

De camino.

Antes, paseando por Barcelona
sin luces,
una ciudad a oscuras dada al sueño
y a los ronquidos que salen de las ventanas,
componiendo un ligero ronroneo de ojos verdes.
Antes, en mitad de una calle sin nombre
sumida en su propia vaguedad de nada,
suelta,
una paleta que se ha quedado sin colores
porque las gentes de día corrompen las mezclas.
Antes, pisando charcos de tinta negra,
diluyéndome en ellos,
volviéndome una sombra sin voz,
sin historia,
sin humo.
Antes, justo antes de encenderse la primera farola
en esas calles
se me rompió un verso.

2 comentarios:

  1. Las personas acabamos por olvidar las paletas de colores y quedarnos en el blanco y negro.

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    1. La poesía no es blanco y negro, así que leyendo un par de versos tienes multitud de colores de nuevo. ¿Cómo nos podemos olvidar de los colores existiendo la poesía?

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